La seguridad proactiva es un enfoque preventivo de la ciberseguridad que prioriza la identificación, anticipación y prevención de ciberataques antes de que ocurran.
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Las amenazas de ciberseguridad se han vuelto cada vez más sofisticadas, rápidas y costosas. Aunque la seguridad reactiva sigue siendo una parte clave de la postura de seguridad de una organización, ya no es suficiente para proteger a las organizaciones del daño financiero, operativo y de reputación de los ciberataques por sí solos. Como resultado, cada vez es más necesario que las organizaciones adopten un enfoque mucho más proactivo de la ciberseguridad.
La seguridad proactiva representa un cambio fundamental de ciberseguridad basada en respuestas a ciberseguridad centrada en la prevención. En lugar de esperar a que ocurran incidentes, este enfoque prioriza la identificación, anticipación y prevención de ciberataques antes de que puedan infiltrarse en los sistemas organizativos.
La seguridad reactiva se centra en la capacidad de una organización para responder de forma rápida y efectiva después de que ya se hayan producido filtraciones de seguridad. Este enfoque normalmente implica equipos de respuesta ante incidentes que siguen manuales de ciberseguridad establecidos, planes de recuperación ante desastres y tecnologías como la gestión de eventos e información de seguridad (SIEM), la detección y respuesta de endpoints (EDR), la detección y respuesta extendidas (XDR) y los sistemas de gestión de registros.
La seguridad proactiva enfatiza la predicción, prevención y preparación, abarcando varias estrategias clave:
Ciberseguridad reactiva
Ciberseguridad proactiva
Ocurre después de un incidente
Ocurre antes de un incidente
Se centra en la respuesta y la recuperación
Se centra en la prevención y la preparación
Mitigación de daños costosa y que consume mucho tiempo
Minimiza el riesgo de filtraciones y los costes asociados
Los ciberataques y las filtraciones de ciberseguridad cuestan a las empresas miles de millones de dólares al año en gastos de recuperación y remediación, por no mencionar las innumerables horas de productividad perdida.
Más allá del impacto financiero, las filtraciones pueden poner en peligro la información confidencial o privada de una organización, poner en peligro a clientes y socios, y poner en peligro las reputaciones que las organizaciones han pasado años construyendo, virtualmente de la noche a la mañana.
Con tanto en juego y con los cibercriminales cambiando o mejorando sus métodos de ataque a diario, la seguridad proactiva se ha convertido en una forma esencial para que las organizaciones protejan sus activos más valiosos de una amplia gama de amenazas potenciales, incluidas:
Al abordar las vulnerabilidades de seguridad y las configuraciones erróneas del sistema de forma temprana, las medidas de seguridad proactivas pueden mejorar drásticamente la postura de seguridad de una organización. También mejoran la capacidad de la organización para gestionar y mitigar los riesgos de forma más rápida, eficiente y rentable.
Las organizaciones que implementan con éxito estrategias de ciberseguridad proactivas pueden experimentar ventajas significativas:
Al adoptar un enfoque proactivo de ciberseguridad, las organizaciones deben sortear varias consideraciones importantes:
La adopción de una estrategia de seguridad proactiva requiere un enfoque sistemático paso a paso.
Sirve como base, exigiendo a las organizaciones identificar activos físicos y de datos, analizar riesgos potenciales para cada uno y priorizar estrategias de protección basadas en la criticidad y la vulnerabilidad.
Implica no solo implementar y actualizar continuamente medidas de seguridad proactivas como la gestión de vulnerabilidades basada en riesgos, sino también integrar estas capacidades con la plataforma de ciberseguridad existente de la organización.
Requieren establecer políticas y procedimientos de ciberseguridad claros que detallen protocolos de protección de la información, guíen el comportamiento de los empleados y describan las responsabilidades de respuesta ante incidentes. Estas políticas deben comunicarse a todo el personal y empleados de seguridad en toda la empresa.
Garantizan que tanto los empleados nuevos como los existentes reciban formación continua sobre los cambios en ciberseguridad, mientras que los parches y las actualizaciones de software de seguridad se instalan rápidamente para mantener las capas de protección actuales.
Aprovechan los últimos avances en ciberseguridad de IA para ayudar a las organizaciones a identificar continuamente oportunidades de reducción de riesgos y evitar que los ciberataques se infiltren en los sistemas de la empresa, mejorando la postura de seguridad general a través de herramientas para la gestión de la superficie de ataque, la gestión de vulnerabilidades y la gestión de la postura de seguridad.
El panorama de amenazas actual requiere un modelo basado en el riesgo para mantenerse por delante de las amenazas, lo que significa que sus estrategias de seguridad evolucionan de reactivas a proactivas. Trend Vision One™ está aquí para ayudarle, con la única plataforma de ciberseguridad empresarial basada en inteligencia artificial que centraliza la gestión de la exposición al riesgo cibernético, las operaciones de seguridad y una sólida protección por capas.
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Todo esto combinado permite a las organizaciones eliminar puntos ciegos, priorizar de forma efectiva y posicionar la seguridad como un impulsor de la innovación.