El malware o software malicioso se refiere a un amplio espectro de programas dañinos destinados a interrumpir, dañar u obtener acceso no autorizado a los sistemas informáticos.
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El malware puede infectar dispositivos a través de una variedad de rutas, incluidos archivos adjuntos de correo electrónico, sitios web comprometidos y descargas de software. Una vez instalado, realiza acciones maliciosas como robo de datos, secuestro del sistema e incapacidad del dispositivo. Puede funcionar de forma sigilosa para evadir la detección, explotar vulnerabilidades en el software o utilizar tácticas de ingeniería social para engañar a los usuarios para que lo instalen inadvertidamente, lo que supone riesgos significativos para la ciberseguridad y la privacidad de los datos. La eliminación de malware normalmente implica el uso de software antivirus especializado para escanear, detectar y poner en cuarentena o eliminar archivos o programas maliciosos, restaurando el dispositivo infectado a un estado seguro.
El malware puede presentarse en diversas formas, cada una diseñada para comprometer sistemas, robar datos o interrumpir operaciones. Conocer los diferentes tipos de malware es vital para proteger tus dispositivos y redes. Aquí están algunas de las amenazas más comunes:
Un virus es un programa malicioso que se adhiere a archivos o aplicaciones legítimas y se propaga cuando el archivo infectado se comparte o se abre. Una vez activado, puede replicarse y corromper o eliminar datos, ralentizar el rendimiento del sistema o robar información.
Los gusanos son malware autorreplicante que se propaga a través de computadoras y redes sin necesidad de adherirse a otros programas. Explotan vulnerabilidades de software o utilizan técnicas de ingeniería social para infiltrarse en los sistemas. A diferencia de los virus, los gusanos no necesitan la acción del usuario para propagarse.
Los troyanos, o caballos de Troya, son programas engañosos que parecen software legítimo pero contienen una carga maliciosa oculta. A diferencia de los gusanos o los virus, los troyanos no se replican a sí mismos; en cambio, dependen de engañar a los usuarios para que los descarguen y ejecuten. Una vez activados, pueden abrir puertas traseras, robar credenciales o instalar ransomware.
El ransomware es un tipo de malware que bloquea a los usuarios de su sistema o cifra sus archivos, exigiendo un pago de rescate (generalmente en criptomoneda) para restaurar el acceso. Se propaga típicamente a través de correos electrónicos de phishing, archivos adjuntos maliciosos o kits de explotación. Una vez activado, escanea datos importantes y los cifra utilizando métodos criptográficos fuertes.
El scareware engaña a los usuarios haciéndoles creer que su dispositivo está infectado, empujándolos a comprar software antivirus falso o pagar por servicios innecesarios. Utiliza ventanas emergentes alarmantes, alertas falsas o escaneos falsos para crear urgencia y miedo. Estas advertencias son fabricadas y a menudo conducen a la instalación de malware adicional si los usuarios siguen las indicaciones.
Los keyloggers son malware o herramientas de vigilancia diseñadas para registrar secretamente cada pulsación de tecla en un dispositivo. Pueden capturar información sensible como nombres de usuario, contraseñas, números de tarjetas de crédito y mensajes privados, generalmente sin que el usuario lo sepa. Los keyloggers pueden ser entregados a través de ataques de phishing, descargas maliciosas o empaquetados con otros malware.
Si estás interesado en aprender más sobre los diferentes tipos de malware y cómo funcionan, haz clic aquí para profundizar en el tema.
El malware puede infiltrarse en los sistemas de diversas formas, veamos las más comunes:
Los atacantes utilizan correos electrónicos creados específicamente para engañar a los usuarios para que descarguen malware o hagan clic en enlaces maliciosos. Los correos electrónicos de phishing a menudo parecen legítimos, ya que están disfrazados como una fuente de confianza.
La visita a sitios web maliciosos o comprometidos puede conducir a descargas Drive-by, donde el malware se descarga e instala automáticamente sin el consentimiento del usuario. Se llama Watering Hole si los atacantes infectan sitios web legítimos y esperan a que los visitantes habituales propaguen el malware.
La descarga de software de fuentes no fiables puede provocar infecciones por malware. Los atacantes a menudo agrupan malware con aplicaciones que parecen legítimas.
El malware puede propagarse a través de unidades USB infectadas. Cuando se inserta en un sistema, el malware se ejecuta automáticamente e infecta el host.
Los atacantes utilizan tácticas de ingeniería social para manipular a los usuarios en la realización de acciones que conducen a infecciones de malware, como compartir información confidencial o deshabilitar funciones de seguridad.
Estas infecciones, cuyo uso es una técnica común entre los cibercriminales, fueron iniciadas sin saberlo por las víctimas cuando visitaron sitios web de warez (también conocidos como crackz, toolz, appz y gamez), que a menudo redirigen a los usuarios a otro sitio con distribución de malware. Algunos de estos sitios web contienen enlaces a los archivos solicitados, pero normalmente utilizan una fuente muy pequeña. Como resultado, los visitantes del sitio web suelen pasar por alto estas situaciones. Además, hay botones de “Descarga” engañosos u otras indicaciones similares de acción. Al seleccionar cualquiera de estos botones, un usuario inicia sin saberlo una cadena de redirección que conduce a la descarga de malware.
Reconocer los signos de una infección por malware es crucial para la detección y mitigación tempranas:
Protegerse contra las infecciones de malware implica más que solo software antivirus. Requiere un enfoque de seguridad en capas que combine tecnología, capacitación y gestión proactiva de riesgos. Aquí están los pasos clave que individuos y organizaciones pueden seguir para reducir el riesgo de un ataque de malware.
La mayoría de las infecciones de malware comienzan con la interacción del usuario. Los métodos comunes de entrega incluyen correos electrónicos de phishing, sitios web maliciosos, descargas de software falso o dispositivos USB infectados. Identificar y evitar estas amenazas es tu primera línea de defensa. Ten cuidado con los archivos adjuntos de correo electrónico no solicitados, evita hacer clic en enlaces desconocidos y solo descarga software de fuentes confiables.
El software desactualizado es una de las formas más comunes en que el malware se infiltra. Los atacantes frecuentemente explotan vulnerabilidades conocidas en sistemas operativos, navegadores y aplicaciones. Al aplicar regularmente parches de seguridad y actualizaciones, puedes cerrar estas brechas y fortalecer tu seguridad general.
Las copias de seguridad regulares son una parte crucial de cualquier plan de protección contra malware. En caso de un ataque de ransomware o corrupción de datos, tener una copia de seguridad limpia te permite recuperarte sin pagar el rescate o perder archivos importantes. Usa copias de seguridad cifradas, fuera de línea o basadas en la nube para mantenerlas seguras del acceso del malware.
El error humano es una causa principal de infecciones de malware. Capacitar a los usuarios para identificar intentos de phishing, sitios web maliciosos y descargas sospechosas reduce este riesgo. Refresca regularmente los programas de concienciación sobre ciberseguridad para garantizar que los usuarios se mantengan informados sobre las amenazas en evolución.
Las pasarelas de correo electrónico y los filtros web pueden bloquear el acceso a dominios maliciosos conocidos y prevenir que archivos adjuntos o enlaces sospechosos lleguen a los usuarios. Estas herramientas son especialmente importantes en entornos corporativos, donde múltiples puntos finales aumentan la exposición al malware.
El sandboxing permite a los equipos de seguridad aislar y analizar archivos potencialmente dañinos en un entorno seguro antes de que se ejecuten en tus sistemas. Esta técnica es especialmente útil para detectar amenazas de día cero y ataques dirigidos que podrían no ser detectados por el software antivirus tradicional.
Incluso con defensas sólidas, ningún sistema es completamente inmune. Un plan de respuesta a incidentes claramente definido ayuda a minimizar los daños en caso de un ataque. Debe incluir roles de respuesta, protocolos de comunicación, pasos de recuperación de copias de seguridad y coordinación con proveedores de seguridad.
Una vez que el malware ha infectado un sistema, la eliminación rápida y efectiva es clave para prevenir cualquier daño adicional. Ya sea que estés manejando dispositivos personales o puntos finales empresariales, la limpieza del malware requiere más que solo ejecutar un escaneo. Se necesita un enfoque metódico y exhaustivo para garantizar que la amenaza sea eliminada.
Sigue estos pasos para eliminar de forma segura el malware de tu dispositivo:
Antes de comenzar un escaneo, debes asegurarte de que tu software antivirus o antimalware esté actualizado. Esto le permite detectar las últimas amenazas utilizando firmas y métodos heurísticos actualizados. Si el malware ha deshabilitado tus herramientas de seguridad, intenta iniciar en modo seguro o usar un disco de rescate.
Ejecuta un escaneo profundo de todo tu dispositivo. La mayoría de las herramientas antivirus pondrán automáticamente en cuarentena o marcarán los archivos sospechosos. Los escaneos completos pueden tomar tiempo, pero son cruciales para detectar amenazas ocultas o inactivas.
Después del escaneo, revisa cuidadosamente los resultados. Elimina o pon en cuarentena los archivos infectados según lo recomendado por tu software de seguridad. Si no estás seguro sobre algún archivo, consulta a tu equipo de TI o investiga la amenaza antes de continuar.
Reinicia tu dispositivo y realiza un segundo escaneo para asegurarte de que todas las trazas de malware hayan sido eliminadas. Algunas amenazas avanzadas pueden intentar reinfectar el sistema después de reiniciar, por lo que es necesario verificar dos veces.
Si la infección persiste o causa inestabilidad, considera restaurar tu dispositivo desde una copia de seguridad limpia o realizar un restablecimiento de fábrica. En entornos empresariales, reimaginar las estaciones de trabajo desde una base segura es a menudo el curso más seguro.
Consejo profesional: Las copias de seguridad regulares son vitales. Almacénalas fuera de línea o en entornos de nube con versionado para protegerlas contra ransomware o amenazas persistentes.
Una vez que el malware sea eliminado, debes cambiar todas tus contraseñas, especialmente para cuentas de correo electrónico, bancarias y empresariales. El malware como los keyloggers podría haber capturado tu información sensible. Habilitar la autenticación multifactor (MFA) añade una capa importante de protección, incluso si tus contraseñas son comprometidas.
Continúa monitoreando tus sistemas para detectar signos de comportamiento sospechoso, como inicios de sesión no autorizados, anomalías de red o procesos desconocidos. Los sistemas de detección de intrusiones (IDS), las plataformas EDR o la monitorización del dark web pueden ayudar a identificar amenazas residuales o secundarias.
Si no puedes eliminar el malware manualmente o si sigue volviendo, es hora de consultar a un profesional de ciberseguridad. Las amenazas persistentes como los rootkits, el malware sin archivo o los exploits de día cero a menudo requieren herramientas avanzadas y experiencia para ser eliminados de manera segura.
Las consecuencias de las infecciones por malware pueden tener un grave impacto en las organizaciones y usuarios, como:
Trend Vision One es la plataforma de ciberseguridad unificada de Trend Micro que ayuda a detectar, analizar y responder al malware en endpoints, correo electrónico, nube y redes.
Utiliza detección avanzada de amenazas, XDR (detección y respuesta extendidas) y herramientas de respuesta automatizada para identificar y detener el malware antes de que se propague. Con el respaldo de inteligencia global, ofrece protección en tiempo real frente a amenazas en constante evolución.