El principio de privilegios mínimos (PoLP) es un concepto en ciberseguridad que dice que los usuarios deben tener acceso solo a los recursos, datos y aplicaciones específicos que necesitan para realizar su trabajo.
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El principio del mínimo privilegio evolucionó como parte del marco de acceso a la red de confianza cero (ZTNA) 2.0 en respuesta al crecimiento de entornos de trabajo remotos, híbridos y en la nube.
El objetivo de PoLP es reducir el daño causado por los hackeos y las filtraciones de datos intencionales o accidentales en los sistemas, datos y aplicaciones de IT. Lo hace limitando estrictamente todo el acceso de los usuarios a recursos críticos y datos confidenciales. Esto incluye la implementación de prácticas y procedimientos como:
Las filtraciones de datos cuestan a las empresas miles de millones de dólares al año en pérdida de productividad, costes de recuperación y daños a la reputación. Un porcentaje significativo de esas filtraciones se produce cuando se piratea la cuenta de un usuario autorizado o cuando los cibercriminales roban sus credenciales.
Al limitar los datos, sistemas y recursos a los que cada usuario individual puede acceder según la necesidad de conocerlos, el principio de privilegio mínimo permite a las organizaciones:
Debido a que mejora la capacidad de las organizaciones para proteger la información confidencial o sensible, PoLP también ayuda a las empresas a cumplir con las regulaciones de privacidad de datos gubernamentales y del sector. Estos incluyen el Reglamento General de Protección de Datos (GDPR), el Estándar de Seguridad de Datos de la Industria de Tarjetas de Pago (PCI DSS), la Ley de Privacidad del Consumidor de California (CCPA) y la Ley de Portabilidad y Responsabilidad de Seguros Médicos (HIPAA).
El principio del menor privilegio es una parte fundamental de la arquitectura de confianza cero (ZTA). La idea principal detrás de la arquitectura de confianza cero se resume en el mantra “Nunca confíe, verifique siempre”. En el modelo ZTA, se asume que cada solicitud de acceso es maliciosa hasta que se demuestre lo contrario, independientemente de si procede de dentro o fuera de una organización.
PoLP se integra con ZTA restringiendo los permisos de acceso para empleados, contratistas y otros usuarios. Debido a que los permisos de PoLP se revisan y ajustan constantemente, el principio de privilegio mínimo también ayuda a aplicar reglas de confianza cero y a proteger los sistemas y datos de forma dinámica.
Tanto ZTA como PoLP confían en sólidas soluciones de gestión de identidad y acceso (IAM) para autenticar, validar y autorizar solicitudes de acceso y mantener a las organizaciones a salvo de agentes maliciosos y errores accidentales.
A medida que el trabajo híbrido, el trabajo remoto y el uso de servicios en la nube continúan expandiéndose, las empresas se enfrentan a varios desafíos clave en la aplicación del principio de menor privilegio, incluidos:
Las organizaciones deben seguir varias prácticas recomendadas para superar los desafíos de implementación de PoLP y proteger los sistemas y datos de IT. Estas incluyen:
Para ayudar a las organizaciones a fortalecer su postura de seguridad, Trend Vision One™ ofrece capacidades integradas que respaldan los principios de confianza cero, incluido el principio de mínimo privilegio. Al unificar la visibilidad de riesgos, el control de acceso y la detección de amenazas en su entorno, Trend Vision One permite a los equipos evaluar y aplicar continuamente las políticas de acceso.
Joe Lee
Vice President of Product Management
Joe Lee es Vice President of Product Management en Trend Micro, donde lidera la estrategia global y el desarrollo de productos para soluciones de seguridad de red y email empresarial.
El principio del mínimo privilegio es un concepto de ciberseguridad que proporciona a los usuarios acceso solo a los datos y sistemas que necesitan para realizar su trabajo.
La fluencia de privilegios se produce cuando un empleado cambia de trabajo pero mantiene los privilegios de acceso que ya no necesita. La fluencia de privilegios se puede evitar revisando regularmente los permisos.
Un ejemplo del principio de menor privilegio sería permitir que un empleado de marketing acceda al software CRM, pero no a la información privada del cliente.
Un ejemplo de una práctica recomendada para el principio de privilegio mínimo sería establecer todos los empleados nuevos con los permisos de acceso más bajos de forma predeterminada.
La confianza cero controla el acceso a los sistemas o datos de una organización. El principio de privilegios mínimos se centra en lo que los usuarios pueden hacer con ese acceso.
La confianza cero es un enfoque de ciberseguridad que se centra en verificar cada solicitud de acceso a los sistemas o datos de una organización, sin importar de dónde provenga.
El principio de mínimo privilegio reduce los riesgos de seguridad al limitar los sistemas y datos a los que pueden acceder tanto los usuarios autorizados como los cibercriminales.
El principio de privilegios mínimos se puede aplicar en entornos dinámicos adoptando políticas como limitar el acceso en función de la función laboral en lugar de la identidad del usuario.
Para una máxima seguridad, los permisos de usuario deben revisarse y actualizarse de forma regular y continua.
El principio de privilegios mínimos (PoLP) se puede integrar en DevSecOps implementando prácticas como controles de acceso basados en roles (RBAC), acceso justo a tiempo (JIT) y permisos automatizados.