Hay tres modelos principales de servicios en la nube: Infraestructura como servicio (IaaS), Plataforma como servicio (PaaS) y Software como servicio (SaaS), que desde hace mucho tiempo son compatibles con todo, desde el desarrollo ágil hasta las operaciones de seguridad empresarial. Ahora, un cuarto modelo está ganando terreno en Container as a Service (CaaS). CaaS permite a las organizaciones ejecutar microservicios y aplicaciones en contenedores con mayor flexibilidad y seguridad.
Comprender cada uno de estos modelos de servicio y sus distintas implicaciones de ciberseguridad es esencial para los líderes de TI que crean estrategias de nube seguras y eficientes.
La adopción de la nube ha transformado fundamentalmente la TI empresarial. Desde el almacenamiento de datos confidenciales de clientes hasta la ejecución de aplicaciones de misión crítica, más sistemas que nunca se alojan en entornos virtuales. Sin embargo, con este cambio surgen nuevos desafíos: brechas de visibilidad, configuraciones complejas y perímetros de seguridad borrosos que requieren enfoques modernos para la gestión de riesgos.
Los modelos de seguridad tradicionales basados en el perímetro ya no son suficientes en un ecosistema donde los usuarios, los datos y las aplicaciones residen fuera de los firewalls corporativos. Hoy en día, las empresas deben adoptar controles de seguridad dinámicos y centrados en la identidad para gestionar el riesgo en entornos híbridos y multinube.
El modelo de responsabilidad compartida describe la división de las obligaciones de ciberseguridad entre el proveedor de servicios en la nube y el cliente. Dependiendo del modelo, ya sea IaaS, PaaS, SaaS o CaaS, la línea entre “su trabajo” y “su trabajo” cambia significativamente.
Comprender este modelo es fundamental para evitar configuraciones erróneas, exposición a datos e infracciones de cumplimiento. No reconocer estos límites compartidos es una de las principales causas de filtraciones de la nube.
La infraestructura como servicio (IaaS) es un modelo de nube fundamental que ofrece infraestructura informática central, como máquinas virtuales, almacenamiento y redes. IaaS proporciona a las organizaciones un control total sobre sus aplicaciones y sistemas operativos sin necesidad de gestionar hardware físico. Es ideal para empresas que requieren flexibilidad y escalabilidad en sus entornos de TI.
Entornos de pruebas de seguridad: Los comprobadores de penetración y los investigadores de seguridad utilizan IaaS para replicar sistemas empresariales en condiciones aisladas y controladas.
Platform as a Service (PaaS) es un modelo de servicio en la nube que proporciona a los desarrolladores un entorno completo para crear, ejecutar y gestionar aplicaciones sin tener que lidiar con la infraestructura subyacente. PaaS incluye herramientas para el alojamiento, desarrollo, pruebas e implementación de aplicaciones, todas gestionadas por el proveedor.
Software as a Service (SaaS) ofrece aplicaciones de software a través de Internet mediante suscripción. El proveedor gestiona todo, desde la infraestructura y el tiempo de ejecución hasta las actualizaciones de aplicaciones y la seguridad. Los usuarios simplemente inician sesión a través de un navegador o aplicación para acceder a los servicios.
Paquetes de correo electrónico y productividad: Servicios como Microsoft 365 y Google Workspace proporcionan comunicación segura y colaboración de documentos.
Container as a Service (CaaS) es un modelo de servicio en la nube que permite a los usuarios gestionar aplicaciones en contenedores con herramientas de orquestación como Kubernetes o Docker. Resume la complejidad de la infraestructura y automatiza las operaciones del ciclo de vida, como la implementación, el escalado y la supervisión.
Portabilidad en todos los entornos: Los contenedores se ejecutan igual independientemente del proveedor de nube o de la configuración local, admitiendo estrategias híbridas o multinube.
Defina claramente de qué es responsable su organización en cada modelo. Utilice herramientas como CSPM para identificar puntos ciegos y supervisar el cumplimiento de normativa en las nubes.
Adopte una política de “nunca confíe, verifique siempre”. Aplique el menor privilegio, utilice la MFA y valide cada identidad, dispositivo y sesión antes de otorgar acceso.
Utilice herramientas de análisis de contenedores, gestión de posturas y supervisión de registros para detectar anomalías de forma temprana. Automatice las respuestas para contener amenazas rápidamente.
Establezca visibilidad de extremo a extremo con registro y alertas centralizados. Realice auditorías trimestrales y pruebe regularmente su plan de respuesta ante incidentes en la nube.
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